martes, 13 de mayo de 2008

De amores y desamores

¿Y después del amor que sigue? Enamorarse, desenamorarse, son dos verbos que siempre están en nuestra vida cotidiana, para mi siempre me ha sido complicado el proceso de desenamorarme, el proceso del desamor es un proceso que también es de desaprender, de olvidar de borrar de la memoria ciertos códigos.
Cuando hablo de códigos olvidados me refiero a reconstruir una relación nueva con la persona de quién estabas enamorado, es reconstruir una relación borrar de tú memoria, miradas, gestos, costumbres de la persona con la estuviste y compartiste, es saber que cuando diga algo que te parezca tierno no responderás como cuando eras la que ocupaba su tiempo, sus pensamientos, ahora eres una especie de híbrido, una especie de nueva amiga, de una amiga que no sabes si será o no cercana.
Y luego viene el volverte a enamorar, volverte a entusiasmar por una persona que te roba una sonrisa, que te da un minuto más de su tiempo, que te roba pensamientos de los más bonitos, con el que puedes volver a construir, con el que te puedes reírte y aprender.
Pero sobre todo es el volver a descubrir, volver a caminar por terrenos movedizos sabiendo que en algún momento te puedes hundir, sabiendo que en cualquier momento puedes entrar en arenas movedizas, es volver a arriesgarte, es volver a inventar códigos comunes, es volver a construir gestos, costumbres, ritos...
El desamor duele, duele olvidar, duele cambiar códigos, duele tanto que a veces uno se confunde y hace cosas que no debe, pero es parte de la vida, es parte del crecer, del saber que todo tiene un fin, y que a veces no se puede seguir simplemente, cuando hay más daños que amor, cuando hay más desamor que amor.
Y finalmente el amor vuelve a llegar el amor toca tú puerta y es cuestión de siempre tenerla un poquito abierta, es cuestión de siempre estar sonriendo y no negarse a que alguien te pueda querer, no negarse a que alguien comparta contigo una sonrisa, un espacio nuevo, a que alguien construya contigo una historia y que el final quede en puntos suspensivos.

lunes, 12 de mayo de 2008

Permitemae decir que la poesía es una habitación a oscuras...