miércoles, 14 de enero de 2009

Lucero de la mañana

Las despedidas nunca dejan de ser tristes, despedirse de una persona que quires mucho... es más agitar la mano diciendo es sólo un hasta luego, que es sólo un simple adios, 2 meses no es mucho tiempo, son solamente 60 días, 1440 horas, 86400 minutos, 5184000 segundos, las cifras son relativas, las despedidas reales.

Y es que te fuíste ayer en ese barco tan grande, que nos hacia ver tan chiquitos a todos, tan minúsculos...tú figura a los minutos se veía borrosa... y te veía a lo lejos perderte entre ese inmenso mar, entre la brisa marina que jugaba con tus ondulados cabellos.

Las inseguridades nacen a los intantes que me quedo sola con el mar, las conversasiones con él suelen ser monologos largos, donde le cuento de mis alegrias y mis penas, se fue hoy, le digo, me respodne con una tímida ola que la entiendo como un saludo...le cuento que en los cruceros hay muchas chicas lindas, que conoces muchos lugares exóticos, que es fácil decirme adios, el mar se queda callado, ya no me hace caso esta juando con el sol que esta más rojo que nunca... el mar no me ve... se ha distraido, me siento en la arena le arrojo algunas pidritas para que me haga caso, me responde mojandome toda... seguimos hablando, y hablando, dos meses puede ser mucho tiempo o poco tiempo según como lo mire, lo podré esperar...me podrá esperar... la noche está más oscura que nunca y del Callao a mi casa el trecho es muy largo... camino... camino con más dudas que certezas, total voy cumpliendo con lo que pense para mi este año nada de historias antiguas...esperemos que se pueda abrir esta...y simplemente le pido al luco de la mañana que me preste su claridad para alumbrarle los pasos a mi amante que se va