martes, 24 de agosto de 2010

Él

Él no habla mucho le gusta perderse en sus pensamientos, él mira de reojo mientras fuma un cigarrillo intentando reflejar un aire de misterio, él sonríe con medio labio, la risa no le sale fácilmente solamente cuando le hablo de alguna tontería mientras agito alocadamente mis manos, mientras hablo más rápido o más lento nerviosa por tu presencia queriendo parecer tal vez una chica interesante.

Él camina pausadamente mientras su delgada y desgarbada figura le da un toque quijotesco de soñador incansable, redactor de mentiras en alguna revista con la que no necesariamente comparte la línea editorial. Él es un tipo callado con aires de intelectual, es esa persona que se sienta al fondo y te observa sin animar a conversarte, que sabe tus movimientos mejor que uno misma, es esa persona que te asusta y te atrae aunque no sabes explicar porque, es la física y la química entremezclada en un sin fin de emociones.

Y te acercas a mi con tu andar pausado y tu esbozo de sonrisa hablamos de la selva y de los ríos nos reímos haciendo parecer que un año no ha pasado, haciendo parecer que el tiempo es aún más relativo de lo que pensamos; las horas los minutos pasan, el tiempo pasa de manera tan acelerada que hace ver que ya ha amanecido y nos hace ver que tenemos que marcharnos a nuestras casas, y me acompañas a mi casa caminando, y te acompaño a tu casa caminando y me vuelves a acompañar a mi casa pues es difícil separarse cuando no sabes cuando nos volveremos a ver… ha pasado un mes después ese día y entre el trabajo y los estudios el tiempo no me alcanza para nada pero hoy llegó un email desconocido era Él preguntándose si podíamos salir alguna vez…