sábado, 31 de mayo de 2008

Huambrilla, warmi....Aldeana

Tenía un baúl allá en la casa que hace algunos años abandonamos, estaba lleno de vestidos y faldas y blusas para el campo, había pasado días probándome los trajes jugando al personaje, había cantado en la ventana inmensa que daba al jardín una canción para el.
Anunciaron su llegada, las lluvias de tres días seguidos, el pájaro negro que se había posado sobre su cama, la mariposa amarilla que había muerto bajo sus pies, en la total oscuridad brillaba como un secreto guardado siglos, resplandecía, casi delatándome, yo y mi tesoro el y yo.
Todo lo anunciaba, llego casi de madrugada (aun estaba oscuro cuando apareció) traía el traje polvoriento y los ojos vacíos los pasos cansados, era momento de marcharse, estaba segura de que ya nunca volveríamos y así fue. Ese día nos marchamos para siempre…

Cuando me recuesto sobre el verde interminable, y miro el cielo azul, y las nubes que pasan y los pájaros volando no pienso en nada mas que tu aquí, a mi lado, es entonces cuando la loba tira de mi falda, y quiere lamerme en la cara, entonces me levanto, reanudamos la marcha, ella corre delante y yo voy tras ella, de vez en cuando se detiene, me espera y se acerca, le gusta que jueguen con ella y vuelve a tirar de mi falda, le lanzo ramitas lo mas lejos que puedo ella me las trae de vuelta, recojo tres amapolas, arranco un diente de león pido un deseo y soplo, ojalá se cumpla

yo se de la cochinilla reventándose roja en la mano (gordita, redonda), se de la hora de darle alfalfa a los conejos, de ganarle en los volantines a la Juncalí, de los niños sin ropas en el río, de la piedra grandota desde donde se puede ver todo, todo; se de las conversaciones con los manzanos con los árboles de nísperos y los de duraznos, de subirse a los molles y arrancar los racimos para la hacer la chicha, de las espinas de tunas en todo el cuerpo, de la piel reseca y los labios partidos, de la lluvia sobre el cuerpo, del muchacho que te lleva la canasta de la feria, del que te acompaña hasta el puente, las velas en la noche, el mundo entero en una radio pequeñita, los brazos llenos de herida raspones, moretones en las piernas.

El molino, de tus cartas llenas de amor, de cariño, lima solo deja de ser horrible cuando camino a tu lado, las mañanas son entonces dulces si tu me peinas con esa paciencia y cuidado, si me besas en la frente cuando debo marcharme, cuando me miras comprendiendo, yo callando y aun así tu sabes mis secretos, yo soy feliz aquí, y recuerdo todo y sonrió mas veces..

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