Caminaba largas horas tratando de contener la respiración ¿cuántos minutos puedo aguantar sin respirar? Al minuto me pongo morada, creo que no puedo contenerla mucho tiempo, rayos, sigo caminando, del trabajo a mi casa, escuchando gusanos, sin ti ya no es lo mismo...
Tiempo que no recibía noticias tuyas, te haces extrañar, me pregunto cómo estará Paris... y ahí estaba otra carta más desde Paris, de nuevo un sobre y una violeta, otra vez sin estampitas ni código postal.
Abro el sobre lo más rápido que puedo, quiero saber de ti, de tus amigos, tú lugar, tú mundo, tus recuerdos, y no logro leer nada porque del sobre se escapa un bichito verde y redondito y peludo que ríe y ríe todo el tiempo y salta y salta, no dice palabra alguna produce un sonido extraño algo así como “biribiri” eso creo.
Salta por todo mi cuarto tirando todo lo que ve a su paso ríe y se mete a mi bosillo, no entiendo su idioma pero entiendo que quiere que le cuente un cuento se hecha a mi costado y le comienzo acontar un cuento, el bichito verde se queda dormido, se ve tan tranquilo y tierno, quién diría que minutos antes dejo mi cuarto hecho un desastre.
Voy corriendo a lo que es algo así como la sala del departamento y busco como loca la carta del muchacho de Paris, necesito respuestas, necesito saber que me ha regalado, que es ese animal, bicho, criatura extraña que duerme ahorita en mi cama, que es traviesa, desordenada, que parece inteligente, pero muy alocada.
Encuentro la carta del muchacho de Paris y la leo con sumo interés, él me cuenta que andaba paseando por el Théâtre des Champs-Élysées, escuchando escuchando un concierto de música clásica... cuál Cortazar y se encontró con este bichito, al bichito le dicen “cronopio” es despistado, alegre, desordenado y juguetón eso me advierte el muchacho de Paris es muy inteligente y muy sensible, no le grites porque se puede escapar y un cronopio suelto en Lima puede ser muy peligroso, la gente en Lima no está acostumbrada a tantas emociones juntas sólo unos pocos.
¿Y ahora qué hago yo con un cronopio? Cómo lo cuido, cómo lo alimento, cómo juego con él, ahora tengo una nueva mascota y no sé bien como tratarla, gracias muchacho de Paris por tú regalo, con tal que después en algún sobre no lleguen las famas y las esperanzas todo será manejable.
Ahora mi nuevo amiguito duerme tranquilito, se calma cuando le cuento un cuento, o cuando le canto alguna canción del Niño Gusano, cuando lo saco a pasear en mi bolsillo por las calles de Lima o cuando jugamos a quien puede contener más tiempo la respiración, mi cronopio y yo somos los dos nuevos amigos, lo llevaré siempre a mis viajes, y algún día el muchacho de Paris tocará la puerta y jugará con nosotros...y viviremos felices comiendo perdices o jugando con ellas
como quien sale a la calle yo entro en tus ojos... como quien llama por telefono al mar yo pulsé tu nariz... como quien guarda elefantes en el pecho yo te regale mis días... como quien espera el micro yo te esperaba dormida... como si esto fuera poco tengo mucho más...
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miércoles, 13 de agosto de 2008
miércoles, 6 de agosto de 2008
Respuesta al Muchacho de Paris
Hay muchacho de Paris, hoy no pensaba recibir noticias tuyas, hoy pensé que no sabría nada de ti, y pensé que esperarías hasta el viernes para escribirme algo bonito, para saber como estoy, para saber como estas.
Pero hoy me diste algunas pistas de quién eras, dices que te gusta jugar en el aire, que te gusta volar rodeado de telas y sin ellas, que te gusta dar volantines en el aire, hacer malabares con las manos, dices que te gusta tener distintos rostros, ser distintas personas sin dejar de ser tú, que te gusta reír y hacer reír a las personas, que también te gusta verme reír y bailar risueña y contenta.
Dices que te animaste escribir hoy para salir de la cotidianidad que escribiste esta carta sentado a los pies de esa gran torre de Paris, en la intersección de dos avenidas cantando a viva voz una canción de Gilbert Becaud hasta que dos policías llegaron a pedirte que guardaras silencio, y tú para variar no les hiciste caso y te reíste de ellos o con ellos, hasta que te amenazaron con detenerte, entonces corriste, hasta que ya no tuviste aliento, corriste aunque nadie te perseguía.
Me pides que te cuente de mi, que te cuente algo aunque dices que sabes cada uno de mis pasos porque me vez a través de una olla de agua hirviendo donde concentras diversas hierbas que te hacen ver más allá de lo evidente, quieres saber quién soy por mí misma...
De mi te diré que nací en Lima aunque siempre digo que nací en Huancavelica, crecí entre alfalfa, manzanas y duraznos rodeada de niños que no comprendían lo que les hablaba y se negaban a jugar conmigo, que volví a Lima a los 12 años y no me gustó ni me gusta, que a los 19 fui por primera vez a la selva y me enamoré de ella...
A ver qué más... me enredo al hablar y nunca digo nada, que mis últimas relaciones sentimentales no duran más de un mes, que mi relación con mis ex enamorados es de lo peor y eso me molesta, que me gusta coleccionar canciones, y escribir poemas aunque no me gusta como escribo y vivo envidiando a algunos amigos que escriben bonito, que prefiero escuchar mentiras piadosas a la verdad en la mayoría de casos, que me gusta reír, que detesto estar triste, que adoro el café y los cigarros aunque tengo la plena conciencia que las dos cosas me hacen daño y son letales para mi gastritis pero igual lo hago.
Te puedo decir que me enamoro cada cinco minutos de una persona distinta y a los 10 minutos ya le estoy encontrando peros, que prefiero correr a caminar, que prefiero bailar a estar sentada que prefiero reír a llorar, que me gusta dormir pero solo puedo hacerlo seis horas porque se me quita el sueño, que odio los lugares con demasiadas personas porque me dan miedo... de mi te puedo decir mucho sin decir nada, en fin puedo terminar diciéndote que suelo ser “la chica no invitada de la fiesta, la que nadie saca a bailar”
Espero que leas esto, porque no sé tú nombre ni, ni quién eres aunque puedo imaginarme vagamente un rostro, aunque prefiero que sigas así una mezcla, una alquimia de magia con malabares y con piruetas...
Au revoir
NatalíDg
Pero hoy me diste algunas pistas de quién eras, dices que te gusta jugar en el aire, que te gusta volar rodeado de telas y sin ellas, que te gusta dar volantines en el aire, hacer malabares con las manos, dices que te gusta tener distintos rostros, ser distintas personas sin dejar de ser tú, que te gusta reír y hacer reír a las personas, que también te gusta verme reír y bailar risueña y contenta.
Dices que te animaste escribir hoy para salir de la cotidianidad que escribiste esta carta sentado a los pies de esa gran torre de Paris, en la intersección de dos avenidas cantando a viva voz una canción de Gilbert Becaud hasta que dos policías llegaron a pedirte que guardaras silencio, y tú para variar no les hiciste caso y te reíste de ellos o con ellos, hasta que te amenazaron con detenerte, entonces corriste, hasta que ya no tuviste aliento, corriste aunque nadie te perseguía.
Me pides que te cuente de mi, que te cuente algo aunque dices que sabes cada uno de mis pasos porque me vez a través de una olla de agua hirviendo donde concentras diversas hierbas que te hacen ver más allá de lo evidente, quieres saber quién soy por mí misma...
De mi te diré que nací en Lima aunque siempre digo que nací en Huancavelica, crecí entre alfalfa, manzanas y duraznos rodeada de niños que no comprendían lo que les hablaba y se negaban a jugar conmigo, que volví a Lima a los 12 años y no me gustó ni me gusta, que a los 19 fui por primera vez a la selva y me enamoré de ella...
A ver qué más... me enredo al hablar y nunca digo nada, que mis últimas relaciones sentimentales no duran más de un mes, que mi relación con mis ex enamorados es de lo peor y eso me molesta, que me gusta coleccionar canciones, y escribir poemas aunque no me gusta como escribo y vivo envidiando a algunos amigos que escriben bonito, que prefiero escuchar mentiras piadosas a la verdad en la mayoría de casos, que me gusta reír, que detesto estar triste, que adoro el café y los cigarros aunque tengo la plena conciencia que las dos cosas me hacen daño y son letales para mi gastritis pero igual lo hago.
Te puedo decir que me enamoro cada cinco minutos de una persona distinta y a los 10 minutos ya le estoy encontrando peros, que prefiero correr a caminar, que prefiero bailar a estar sentada que prefiero reír a llorar, que me gusta dormir pero solo puedo hacerlo seis horas porque se me quita el sueño, que odio los lugares con demasiadas personas porque me dan miedo... de mi te puedo decir mucho sin decir nada, en fin puedo terminar diciéndote que suelo ser “la chica no invitada de la fiesta, la que nadie saca a bailar”
Espero que leas esto, porque no sé tú nombre ni, ni quién eres aunque puedo imaginarme vagamente un rostro, aunque prefiero que sigas así una mezcla, una alquimia de magia con malabares y con piruetas...
Au revoir
NatalíDg
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martes, 5 de agosto de 2008
al muchacho de Paris
Y él escribe me escribe unas cuantas líneas lo deja debajo de la puerta de mi departamento, no tiene nombre, y no identifico su letra, escribe una cuantas líneas y deja una flor morada al lado de la carta (cuanto me gusta el morado) seguro te conozco, seguro me conoces, te escondes en el anonimato ¿por qué?
Escribe como si me conociera, escribe desde Paris pero no tiene una estampita postal en el sobre, entonces el muchacho de Paris no tiene rostro, ni nombre, va dejando cartas desde hace ya unas cuantas semanas, todos los viernes... escribe bonito, me cuenta de su tierra del frío estructural de Paris, me narra historias me cuenta cuentos... pone dos o tres frases en francés oui, madame, bonjour, au revoir (se despide) ¿hablará francés? No lo sé...
Dice que me vio una vez en el aeropuerto una madrugada gris de Lima, yo iba distraía como siempre y él también, dice que nos chocamos y le tiré el equipaje, jamás le pedí perdón al contrario le grité... él volvía a Paris, y yo me iba a Turquía, dice que en ese instante supo que tenía que escribirme todos los viernes.
Yo nunca pisé Turquía tal vez fui en sueños, y tal vez tú también fuiste a Paris en sueños y tal vez sólo nos conocemos en sueños, y desde tus sueños vienes a mi casa a dejarme cada dos días una carta contándome de tú vida...
¿quién eres tú? Muchacho de Paris, chico que se oculta en el anonimato que me roba una sonrisa una vez por semana, que siempre tiene una historia diferente de nuestros encuentros, que escribes tan lindo que me da vergüenza responderte por miedo a que te rías de mi humilde escritura... algún día nos encontraremos en el frío de Paris te reconoceré entre toda la multitud y nos iremos a tomar un café, y a escuchar gusanos...mientras tanto sigo esperando ansiosa tus cartas todos los viernes...
Escribe como si me conociera, escribe desde Paris pero no tiene una estampita postal en el sobre, entonces el muchacho de Paris no tiene rostro, ni nombre, va dejando cartas desde hace ya unas cuantas semanas, todos los viernes... escribe bonito, me cuenta de su tierra del frío estructural de Paris, me narra historias me cuenta cuentos... pone dos o tres frases en francés oui, madame, bonjour, au revoir (se despide) ¿hablará francés? No lo sé...
Dice que me vio una vez en el aeropuerto una madrugada gris de Lima, yo iba distraía como siempre y él también, dice que nos chocamos y le tiré el equipaje, jamás le pedí perdón al contrario le grité... él volvía a Paris, y yo me iba a Turquía, dice que en ese instante supo que tenía que escribirme todos los viernes.
Yo nunca pisé Turquía tal vez fui en sueños, y tal vez tú también fuiste a Paris en sueños y tal vez sólo nos conocemos en sueños, y desde tus sueños vienes a mi casa a dejarme cada dos días una carta contándome de tú vida...
¿quién eres tú? Muchacho de Paris, chico que se oculta en el anonimato que me roba una sonrisa una vez por semana, que siempre tiene una historia diferente de nuestros encuentros, que escribes tan lindo que me da vergüenza responderte por miedo a que te rías de mi humilde escritura... algún día nos encontraremos en el frío de Paris te reconoceré entre toda la multitud y nos iremos a tomar un café, y a escuchar gusanos...mientras tanto sigo esperando ansiosa tus cartas todos los viernes...
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